La creciente marea de datos que las organizaciones reciben, gestionan y analizan actualmente no muestra signos de retroceso. La aparición del Internet de las Cosas (IoT), en particular, ha aumentado la gestión de datos de forma exponencial. El artículo de Utility Drive, “Six Big Data Challenges for the Power Industry” (Seis retos de los datos masivos para el sector energético), dice que “Alberto Sangiovani-Vincenelli, de la Universidad de Berkeley, ve un mundo poblado por 7 billones de sensores para 2025. (IDC predice que en 2019 el 51% de los nodos de Internet pertenecerán a máquinas, no a personas)”.
Más que nunca antes, la necesidad de hardware fiable y soluciones de accesibilidad es una parte fundamental de los planes a largo plazo de la mayoría de las organizaciones. Las empresas buscan soluciones que estén equipadas para expandirse con la marea entrante y que perduren a lo largo del tiempo.
Por ejemplo, el promedio de vida del servidor es de tres a cinco años. El software de servidor que lo acompaña también tiene una vida útil. Utility Drive comparte que, “Al aumentar la longevidad de su servidor se hace más susceptible a la inactividad no planificada y a la pérdida de datos”.
Esto significa que cada tres años más o menos las empresas necesitan no sólo actualizar el hardware del servidor y el software que lo acompaña, sino también asegurarse de que su personal tiene tiempo para hacerlo. Cada vez más compañías buscan servidores que puedan durar más tiempo mientras se mantienen estables. Esto les permite liberar sus recursos informáticos y centrarse en la expansión.
Stratus‘s Downtime Prevention Buyer’s Guide, habla de las seis preguntas que debería plantearse para evitar el tiempo de inactividad imprevisto y la pérdida de datos. Stratus sugiere preguntarse: “¿Está su solución preparada para el futuro y cuál es el valor de la inversión durante toda su vida útil?” al implementar soluciones como el hardware de servidor.
“Cuando se invierte en una solución de disponibilidad, tiene mucho sentido comercial considerar la longevidad y el coste total de propiedad. A medida que las organizaciones se replantean sus calendarios de renovación de servidores, buscan plataformas que realmente puedan llegar hasta el final para maximizar el retorno de la inversión”.
Por lo tanto, al evaluar las soluciones, tiene sentido preguntar a los proveedores sobre la vida media de sus productos. La investigación ha demostrado que los servidores estándar tienden a experimentar un marcado aumento en las tasas de fracaso, el tiempo de inactividad y los costos de apoyo entre los años cuatro y cinco, lo que lleva a las organizaciones a actualizar en un ciclo de cuatro años.
Los servidores tolerantes a las fallas, sin embargo, ofrecen una vida útil significativamente más larga -muchas de ellas de un promedio de siete años- sin una notable degradación del rendimiento o mayores costos de mantenimiento. Antes de tomar su decisión de compra, también debe preguntar sobre los índices de satisfacción y retención de clientes para verificar las reclamaciones de los proveedores y asegurarse de que cumplen sus promesas”.