Como se publicó anteriormente en Food Quality & Safety
Para prevenir los riesgos de retirada de productos, los fabricantes de alimentos utilizan hoy en día diversas técnicas. Un ejemplo, el análisis de ADN, puede detectar cuándo los ingredientes no son seguros y podrían afectar a la calidad de los alimentos o a la seguridad del producto. Sin embargo, aunque los fabricantes tengan controles establecidos para supervisar sus propios procesos, echan en falta una supervisión específica de principio a fin de toda su cadena de suministro, desde las materias primas hasta el envasado y la distribución, que les ayude a recalibrar y ajustar esta nueva visibilidad. Esta necesidad de supervisión de principio a fin hace que el sector de la alimentación y las bebidas esté listo para la disrupción con el Internet Industrial de las Cosas (IIoT). Aunque parezca una gran empresa, los fabricantes de alimentos que deseen adoptar la IIoT solo tendrán que tener en cuenta unos pocos aspectos principales al empezar.
Los beneficios que la tecnología IIoT puede aportar al sector de la alimentación y las bebidas son innegables, especialmente para ayudar a reducir las retiradas. Sin embargo, los escasos márgenes y la elevada competencia son aspectos que los fabricantes de alimentos deben tener en cuenta antes de realizar la inversión, lo que a veces puede hacer que sean lentos o duden en avanzar.
Sin embargo, al saber dónde centrar estos esfuerzos en primer lugar y cómo dará sus frutos a largo plazo, los fabricantes pueden tomar decisiones inteligentes al implementar la IIoT en los procesos existentes. Entre los tres factores principales a tener en cuenta se encuentran los siguientes:
- Ampliar y priorizar los puntos de control críticos existentes. Empiece con las áreas más esenciales para la seguridad y calidad de los alimentos, como el Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP).
- Garantice el cumplimiento de la normativa a través de la IIoT. Gracias a los datos de los análisis químicos y espectroscópicos en tiempo real, los fabricantes pueden identificar posibles problemas en una fase temprana de la producción y responder de forma proactiva antes de que el producto se haya producido y enviado.
- Proteger y aprovechar los datos para reducir el riesgo. Los fabricantes deben invertir en sistemas que garanticen el funcionamiento continuo de los equipos de producción y vigilancia fundamentales.
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